viernes, 25 de septiembre de 2015

Relato de un par de zorras en un bar que terminaron bien cogidas.



Hola amigos cachondos, les quiero presentar a una amiguita de esas de las que cuando sales a un bar por la noche, si tienes suerte y eres un galán, las puedes conocer, bueno, en mi caso si eres una chica lesbiana y conoces a otra sexy chica lesbiana pues también te puede ir bien, sea como sea tienes que pesan en cómo te la vas a llevar a la cama esa noche. Pues bien, yo había salido a tomar unos tragos con unos amigos, todo estaba bien. Repentinamente se acerco un muchacho a trata de bailar conmigo, amablemente le dije que no porque era gay y no me gustaba le idea, el entendió y se fue sin ningún problema. A los pocos minutos, se acerca el mismo muchacho muy eufórico y me pregunto que si quería una tacha, le dije que no quería comprar, pero me dijo que me la iba a regalar si bailaba con él, porque era muy guapa y el solo quería bailotear, le dije que se la aceptaría. Me comí la mitad y al paso de una media hora empecé a sentir su efecto y me puse a bailar con el muchacho, que para ese entonces el ya tenía muy parada la verga y le permití que me la embarrara un poco, pues él me había regalado la tacha, por lo menos le quería regalar un poco de placer. Por mi parte, cada vez me sentía mas prendida, tenía muchas ganas de seguir tomando y de besarme con una mujer, por lo cual me fui de la pista y me puse a buscar una mujer que quisiera bailar conmigo. Afortunadamente me encontré a una chica que había estudiado conmigo, si que ella se dé cuenta le puse lo que me sobraba de la droga en su bebida y me puse a platicar con ella. Con el paso del tiempo, ella se empezó a poner muy acelerada y se reía mucho y quería seguir tomando, ella no sabía que le pasaba pero estaba muy emocionada y decía que quería bailar, entonces fui a la pista con ella y nos pusimos a bailar, poco a poco bailábamos mas pegado y mas pegado, ella me empezó a decir que se estaba excitando y que eso nunca le había pasado con una mujer, reí internamente porque ella no sabía que estaba pasando. Al paso de poco tiempo me di cuenta que de que ella ya estaba muy excitada, pues ya me había empezado a tocar el cuerpo en la pista de baile, incluso ya mucha gente nos estaba viendo. Decidí decirle que si quería ir a mi casa, ella dijo que si, que le gustaría tomar un poco más. Nos fuimos en un taxi pues ya habíamos bebido bastante.

Al llegar a mi casa, apenas al entrar nos empezamos a besar como unas zorras, estábamos muy excitadas y con las vaginas muy mojadas, estábamos listas para hacerlo, queríamos coger, mucha sexo, chupar nuestras vulvas empapadas, incluso yo sentía que tenía hasta el ano dilatado. Ella está igual que yo, así que le chupe su queso hasta y le saque unos gemidos brutales, le metí los dedos y sentí como su lubricación se derramaba de tan húmeda que estaba, le chupe las tetas como nunca y ella las mías, también me chupo la vagina, me dijo que ella no sabía lo rico que era saborear un clítoris salado y delicioso. Nos volvimos juntas un par de perras en la cama, nos habíamos tocado el ano y la vagina, también las tetas y las nalgas, no dejábamos de acariciarnos. Llego el momento de que tenía que sacar el consolador y la mota, primero nos hechámos un toque de marihuana para sentir más placer, pues la tacha estaba muy buena y nos había dejado muy alocadas, prepare un porro y nos dispusimos a fumarlo, lo fumamos todo, nos pusimos bien pachecas y le pedo que abriera las piernas para que le tirara un poco de humo en su vagina, ella lo disfrutó mucho, y en seguida le metí el consolador hasta el fondo, ella hecho un grito celestial que hizo que me volviera a empapar, ella grito y gimió mucho, dijo que se estaba viniendo, se revolcó y me araño la espalda, ella dijo que quería esta empinada mientras le metía el dildo. Le metí el dildo a velocidades impresionantes hasta que la deje muy orgasmeada y rendida, finalmente le pedí que me chupe el clítoris mientras me metía el dildo en la vagina y con su otra mano me deseaba el culo. No tarde mucho en explotar y tener un gran orgasmo, hasta los vecinos nos podían escuchar. Fue un momento muy erótico.

Al amanecer ella tomo sus cosas y se marcho, ella decía que no sabía que había pasado, decía que no recordaba mucho antes de el sexo, había dicho que le encanto, pero que nunca lo volvería a hacer, yo le dije que si lo volvería a hacer, ella solo rio y se dio la media vuelta y se fue como toda una ramera. Aun me sigo tocando cuando la recuerdo, espero que les haya gustado mi experiencia con una heterosexual con unas tetas deliciosas y una gran vagina suculenta.

Nos vemos en la próxima.

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